Maneras de desaparecer. Usar audífonos es una manera de desaparecer. Escuchar música es una manera de desaparecer. Olvidar en una plaza nuestro segundo nombre es una manera de desaparecer. Llorar a solas es una manera de desaparecer. Aunque no parezca, sonreír es una manera de desaparecer. Dibujar mientras los otros hablan es una manera de desaparecer. Aparecer es una manera de desaparecer. Hablar sobre uno mismo es una manera de desaparecer. Escribir poemas es una manera de desaparecer.
Eduardo Chirinos (Lima, 1960-Missoula, EEUU, 2016) fue poeta, ensayista, antólogo, traductor y autor de cuentos para niños. Sus últimos libros de poesía fueron El equilibrista de Bayard Street (Lima, Colmillo Blanco, 1998), Abecedario del agua (Valencia, Pre-Textos, 2000), Breve historia de la música (Premio Casa de América de Poesía, Madrid, Visor, 2001), Escrito en Missoula (Valencia, Pre-Textos, 2003), No tengo ruiseñores en el dedo (Valencia, Pre-Textos, 2006), Humo de incendios lejanos (México, Aldus, 2009), Mientras el lobo está (XII Premio de Poesía Generación del 27, Madrid, Visor, 2010) y la antología Reasons for Writing Poetry, vertida al inglés por Gary J. Racz (Londres, Salt Publishing, 2011).
Desde el año 2000 residía en Missoula, donde trabajaba como profesor de literatura hispanoamericana y española en la Universidad de Montana.